En algunas zonas de las dos Castillas todavía existe la costumbre de almorzar un "joyo".
Sencillo y de buen comer:
Freiremos uno o dos huevos (a ser posible, de campo), dependiendo del pan que nos apetezca. Un poco de sal al freír le da el punto necesario.
Quitaremos la miga al pan.
En el hueco que ha quedado meteremos el/los huevos fritos.
Taparemos con la miga que habíamos quitado.
Y a comer. Un "bocadillo" de los de toda la vida.
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