Hace unos meses hicimos un breve pero intenso viaje a Llanes, lo que nos permitió volver después de muchos años a esa villa marinera; aprovechamos también para conocer otros rincones asturianos. Como siempre, Asturias no defrauda.
Comimos en muchos sitios, en todos bien, pero recuerdo especialmente el restaurante Siete Puertas, en la calle Manuel Cué, 7, de Llanes.
Nos dejamos aconsejar por el maitre, Alan, y fué todo un acierto. Varios primeros, de los que recuerdo especialmente los langostinos ciegos crujientes (langostinos sin cabeza envueltos en un crujiente de hojaldre) y un gran segundo, el plato estrella: arroz con bogavante (plato que repetimos). Bogavante del de aquí, no el insípido americano.
Excelente la cocina (yo diría Alta Cocina), con el restaurador Mario Lázaro a la cabeza; indagando en internet he visto que Mario se forjó en la muy prestigiosa Basque Culinary Center y tiene
una amplia trayectoria profesional, destacando su periodo en el Restaurante Azurmendi, a las órdenes de Eneko Atxa (3 estrellas Michelin).
Amabilidad y hospitalidad sin agobios, en un restaurante con espacio entre mesas para que los comensales estén cómodos. Buen y atento servicio.
Amabilidad y hospitalidad sin agobios, en un restaurante con espacio entre mesas para que los comensales estén cómodos. Buen y atento servicio.
En fin, una comida perfecta. Mereció la pena y hay que volver.
No hablo de precios. Puedes comer a la carta y de menú (normalmente tienen tres para elegir, adaptados a gustos y bolsillos).
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