Este mes de marzo ha sido muy lluvioso en Prádena. Tanto que ha habido inundaciones en huertos, casas y garajes.
Un paseo por el campo, extraordinariamente verde, nos permite ver los campos anegados, comprobar que el agua fluye libremente y busca y encuentra salidas por cualquier sitio.
Las acequias, sean de riego, desviación o drenaje, van al límite de su capacidad. Pocos en el pueblo recuerdan algo parecido.
Las escorrentías producen inundaciones en los campos porque éstos son incapaces de absorber el agua caída.
Pese a ello, quizás por la novedad, pasear por los alrededores de Prádena produce una agradable sensación. Más aún si a tu alrededor tienes esos paisajes y a lo lejos estos otros...
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