Marchando una de setas

Con mucho frío (las primeras nieves de la temporada ya habían caído en la sierra), salimos dispuestos a encontrar setas de cardo o níscalos, únicas setas que más o menos reconocemos...

Empezamos a andar por el camino de los Arrieros, rebuscando por todos los rincones como si fuéramos entendidos en esto de la micología.

 

Después de un buen paseo lo único comestible que encontramos fueron dos champiñones de los que dimos buena cuenta tras el consejo de mi amigo Juan: crudos, laminados, chorrito de aceite y perejil. Estupendos.

Y eso sí, vimos bastantes setas de la variedad "qué coño será esto", abundante en la zona.

Así que después de encontrar tanta seta decidimos comprar unos níscalos en la frutería y hacer un estupendo guiso con patatas. Otra vez será (que tampoco).